El arte en la contemporaneidad entendido como conocimiento, y no como habilidades y destrezas, es un punto de partida fundacional y es tomar posición en la construcción de las artes contemporáneas, sean pinturas, esculturas, objetos, instalaciones entre otras formas de pensar y producir artes, en este sentido y en la deconstrucción del lenguaje aprendido en las academias, es el devenir artístico de Roberto Giménez, su producción gira en torno a estos cambios, que vienen desde las habilidades y destrezas hasta llegar, a lo que con gran acierto nos dice el gran pensador mexicano «el ojo piensa, el pensamiento ve, la mirada toca».
El conocimiento en la obra de Giménez, está presente, y consecuentemente aparece la identidad, como todo hecho trascendente, tener identidad es un valor al que no todos llegan, aunque se lo propongan.
El espacio, la bidimensionalidad, como metáfora ,como composición abierta, expresa el cosmos de las formas donde desaparece la figura fondo, tan caro de representar en el mundo artístico contemporáneo-la representación figura fondo es propia del arte europeo clásico- la textura táctil y la materia como elemento plástico y no como recurso – propio este último también del arte europeo- son los conceptos arquetípicos de su producción, que se entroncan con la producción artística prehispánica lo que determina que su obra tiene raíz y una identidad del gran país llamado América central y del sur, cuya estética influyo al arte contemporáneo del siglo xx ,grandes artistas como Mondrian ,Torres García entre otros ,produjeron el gran cambio ,gracias a los aportes del arte prehispánico.
Hay que pensar con los ojos, hay que ver con el pensamiento y hay que tocar con la mirada, en definitiva, hay que reconstruir nuestros conocimientos, Roberto Giménez es un creador, lo sabe y lo expresa en su obra.
Mario Vidal Lozano
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